Para
poder hablar de este artículo, hay que mencionar lo obvio, los humanos nos
estamos acabando al planeta y con ello la diversidad biológica, por lo que es
necesario proteger para conservar ya que estas pequeñas o grandes extensiones
de tierra y la biodiversidad que contienen generan servicios ambientales de los
que los humanos dependemos. Sin embargo muchas veces al tomar éstas áreas para
protegerlas, las poblaciones rurales que dependen de ellas se ven afectadas por
que los beneficios que se generan tienen a ser más globales y menos locales. Éste
artículo describe un método para la planeación de la conservación que considera
la protección de la biodiversidad y la idoneidad para la agricultura, aplicado
a México.
México, y tengo que decirlo para enfatizar
la idea, ocupa el cuarto lugar entre los veinte países megadiversos del mundo,
por su diversidad de vertebrados y plantas; pero esta diversidad se ve amenazada
por diferentes causas como la fragmentación del hábitat, la contaminación y la
extracción ilegal de especies, entre otras. Las áreas protegidas ayudan a
conservar esta diversidad y en México sólo tenemos 6.9% dentro de este sistema
de reservas, mientras que el promedio mundial es de 11.5%, y además la mayor
parte de estas áreas son para uso sustentable y no para conservación. Dentro de
este sistema de reservas no se protege al 12.7% de vertebrados que deberían protegerse,
a estas especies no protegidas las llamaremos especies gap, por lo que potencialmente están en peligro.
Los autores del artículo plantean
que en general, en el mundo se protegen áreas que no son precisamente ricas en
biodiversidad, y sin embargo se dejan desprotegidas las que si lo son. Ellos generaron
una serie de celdas que presentan especies gap, a las que llaman celdas gap y a
partir de un análisis en donde estudian la idoneidad del territorio para
diferentes tipos de cultivo, la población que habita en cada sitio, y la huella
humana de cada población, seleccionaron 94 de éstas, principalmente las que se
hallan alejadas de tierras propicias para el cultivo y de lugares en donde
pudiera haber afectación humana, como lugares que deberían agregarse al sistema
de reservas mexicanas. Los principales sitios se encuentran en Guerrero, Oaxaca
y Veracruz.
Ellos encontraron que un alto
porcentaje del suelo que las reservas de México protegen no es idóneo para la
agricultura ya sea porque el suelo es pobre en nutrientes, por que la topografía
es inadecuada, el régimen de lluvias es inadecuado o una combinación de las
anteriores. Sin embargo, dadas las condiciones de pobreza en nuestro país esto
no significa que no habrá agricultura en estos sitios, sino que la gente que
depende de la agricultura en esos sitios probablemente nunca eleve su nivel de
vida, así que no es realista pensar que usarán poca superficie para poder
vivir. Dado lo anterior plantean que es necesario desarrollar alternativas de subsistencia
para estas poblaciones que sean compatibles con la conservación y así como
intensificar la agricultura en las zonas con mejores tierras ya que esto puede
ayudar a la reducción de la pobreza, porque la producción aumenta, y a la
reducción de la conversión de tierras que son poco útiles para la agricultura y
que sí son propias para la conservación.
Lo que me deja pensando que quizá
el mayor reto al que se enfrenta la conservación es el desarrollo, y no sólo el
de las poblaciones rurales sino el de la humanidad entera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario