La base de numerosos análisis
biológicos o biogeográficos, es la regionalización de porciones de diferentes
tamaños del medio terrestre.
La agrupación de unidades
geográficas en unidades naturales mediante distintos parámetros como el clima o
las especies que las habitan, es indispensable, pues las regiones
biogeográficas pueden ser utilizadas con varios fines, como unidades de
comparación o herramientas de conservación.
Una de las propuestas de
regionalización más importantes que existen, fue realizada a finales del siglo
XIX, específicamente en el año 1876, por Alfred Russel Wallace mediante las
distribuciones y relaciones ancestrales entre especies.
Una herramienta que puede
resultar útil para la regionalización, es la filogenia de las especies, pues
con ésta, es posible cuantificar afinidades filogenéticas entre regiones y
agrupar conjuntos de especies a escala global para finalmente definir unidades biogeográficas
a gran escala.
Para sus análisis y su
regionalización, los autores utilizaron datos de 6,110 especies de anfibios,
10,074 especies de aves y 4,853 especies de mamíferos con sus respectivas
filogenias o con superárboles filogenéticos, con lo que obtuvieron 20 regiones
zoogeográficas dentro de 11 reinos zoogeográficos.
Holt et al. realizaron una regionalización integrando datos de
distribuciones globales y relaciones filogenéticas de anfibios, aves y
mamíferos. Midieron el recambio de especies y con ello definieron 20 regiones
zoogeográficas a escala mundial mediante la creación de una matriz de datos de
presencia y ausencia de la distribución de las especies en una grilla de 2°x2°.
De la misma manera, obtuvieron
también la diversidad Beta de cada región respecto a todas las otras para cada
uno de los tres grupos, encontrando así el mayor valor (0.68) para la región
Australiana, seguida de la región de Madagascar. Por otro lado, los autores
mostraron que los valores beta de las regiones de aves y de mamíferos, se encontraban
más relacionados entre sí que con anfibios y aves o anfibios y mamíferos.
Respecto a las regiones
zoogeográficas encontradas en su análisis respecto a las regiones
zoogeográficas de Wallace, las diferencias más importantes radican en la
división de la “línea de Wallace”, la región de Oceanía y las islas de Borneo y
Bali en la región australiana. Los autores argumentan que dichas diferencias se
deben a la inclusión de la filogenia de las especies en sus análisis, aunque no
consideraron que en la regionalización realizada por Wallace, se tomaban en
cuenta únicamente las especies endémicas, las que podrían darle identidad a
cada región, mientras que en este artículo toman todas las especies sin darle
su debida importancia a las especies características de cada región. Por lo
tanto, no se puede considerar como actualización de las regiones zoográficas
propuestas por Wallace, si no como una regionalización diferente.
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